Siempre supe que estas vacaciones eran necesarias. No porque estuviese demasiado agotado (aunque lo estaba) sino porque necesitaba mi espacio para mirar el nuevo giro que ha comenzado a dar mi vida… Donde estoy, los pasos que estoy dando y la ruta de mis pasos definitivos…
Pensé que solo iba a descansar pero mis semanas en Guanaqueros y Concepción fueron más allá: enfrenté sin querer muchos viejos fantasmas y me libré de ellos y lo más importante, es que recordé muchas cosas vitales en la vida y que había olvidado.
Había olvidado como era abrir los ojos al despertar y saber que ese día sería perfecto porque todo lo que harías te gustaría.
Había olvidado como era caminar por la orilla de una playa y disfrutar del aroma del mar.
Había olvidado lo increíble que es la brisa marina, enfrentarla y sentir como te tira el pelo en la cara.
Había olvidado como era zambullirse bajo una ola, salir y mirar solo agua alrededor.
Había olvidado lo que era acostarse en el mar y flotar… flotar mirando el intenso celeste del cielo y escuchar las voces solo a lo lejos, como un casco de astronauta rodeara tu cabeza, en un lugar sin tiempo y muy lejano... pero absolutamente lejos del mundo y su caos.
Había olvidado lo que era ir a cualquier lugar sin resquemores ni prejuicios.
Pero lo más importante es que recordé. Recordé como era dejarme llevar por una tarde de relajo y dejar atrás la molestia frente a la vida…
Recordé lo importante que es sentir sin límites y también aprendí… aprendí cómo es tomar de la mano a alguien, mirar las estrellas sin fin y creer que el futuro que imagino ya no solo lo hago solo sino que lo comparto y construyo con alguien más… sin miedo y con mucho esperanza.
Aprendí y recordé… un aroma, un pensamiento y un sentir…. Vital para poder construir mi vida.
Ps: Gracias Ceci por acompañarme en este tiempo y ayudarme a recordar muchas de las cosas más importantes de la vida y que, sin querer, había olvidado.
Ps2: Gracias a todas las personas que me acompañaron en este tiempo y me acogieron con su cariño.