Bajo el aroma de un dulce eucaliptus

Bueno... aquí está el cuento prometido, por fin lo encontré....

Solo cuatro cosas antes del relato:

1.- VAMOS ROJAZA.... Muchachos... NUNCA más olviden la lección de esta semifinal...
2.- Que grandes los atletas chilenos en el panamericano, gracias por su esfuerzo ilimitado.
3.- Por favor vean los videos de esta semana... NOTABLES (están justo a la diestra de esto)
4.- Me costó encontrar el cuento, pero aquí va una parte. Me gusta porque es lindo, pero triste, como la vida.
5.- COMO NO HAY FOTOS INVENTÉ UN DIBUJO... Y ESTÁ EN EL VIDEO


El cuento:

“… porque todo empieza en un lugar. Y ese era de los más extraños pero a la vez más perfectos que podía haber.


Era un mundo lejano y en el centro de él una roca, pero no cualquiera. Tenía un color blanquecino como todo el resto de su tipo, una roca sin gracia diría alguien que no estuvo ahí. Pero ésta, sin duda, era definitivamente distinta. Decorada y rodeada por todos los verdes que ha visto el mundo, arbustos y árboles tan antiguos como únicos, un escenario escondido en la falda de un cerro perdido en la civilización. Colores, olores y texturas como testigos infinitos del destino. Un destino inevitable que no tenía límite.


Un templo del silencio. Un escondite secreto libre del mundo. Una calma solo infinita hasta ese torbellino de almas y pasión. Una calma que solo podía romperse de la forma más dulce posible. Esa dulzura capaz de quebrar el más sincero de los compromisos. Una dulzura imposible de olvidar. Una dulzura convertida en llanto, en besos, caricias y en más culpable placer.


Un espacio transformado, sin quererlo, en una burbuja sin tiempo. Tantas noches acompañaron esa pequeña burbuja con la más pura devoción. Tantos amaneceres la acariciaron con el más insensato candor. Pero tantos fríos y amargos inviernos han vivido desde ahí.

Y hoy el pasó y se atrevió a mirar. Miró con miedo a que más otoños que primaveras hayan logrado llegar a ese lugar. Con temor a que hoy ese perfecto escenario de antaño no existiera más. Su mirada fue de recelo pero ahí estaba. Y la burbuja de reojo pareció la misma: la misma roca, el eucaliptus que la cubre con sus hojas y los arbustos que la rodean.


Por un segundo respiró aliviado al pensar que, a pesar del mundo, ese rincón seguía siendo igual. Con sus ojos abiertos nada pareció distinto, pero antes de irse y con mucho miedo también se atrevió a cerrarlos.


Y la hermosa burbuja ya no estaba ahí, no porque viera negro sino porque lo veía todo más claramente: la roca tan fría, el eucaliptus que fue tan dulce hoy parece tan triste y antiguo, los arbustos cercanos lucen mustios como grises de angustia, la vida algo marchita, las sensaciones grises, los aromas dolorosos y los colores abandonando la vida.


De nuevo fue silencio… un silencio ilimitado, triste, inmenso, frío y finalmente real.


Huyó con el corazón mas apretado que nunca porque con sus ojos cerrados encontró muchas más verdades de las que con los ojos pudo mirar…


Huyó con el corazón en llamas, por la simple obviedad.


Huyó con el corazón más sano que nunca, porque aún queda un papel trascendental. Un rol con hojas perdidas en el camino, con una simple rosa, con el mismo desinterés de ese mágico día, con ese mismo inmenso amor. Con ese mismo pacto de almas silenciosas que seguramente algún día, pero demasiado tarde, también recordarás…”

Extracto de Maximiliano Blanco S.